Las fuerzas del cielo y los dólares del subsuelo: en la cuenta cambiaria, ya no solo importa el agro
El libro del Éxodo, el segundo de la Biblia, es un texto tradicional que narra la historia del éxodo judío desde la esclavitud en Egipto.
El maná era el pan enviado por Dios al pubelo judío todos los días durante los 40 años que estos deambularon por el desierto. “Haré llover alimento del cielo para ustedes…”, dijo el Señor.
Lo recibían todos los días, menos el séptimo (el sábado) y, por eso, debían recolectar doble ración el sexto día.
La expresión “maná del cielo” viene de ahí.
Para Argentina, el maná de “las fuerzas del cielo” es la lluvia. En el país del “con una buena cosecha nos salvamos“, la lluvia es necesaria para que la cosecha florezca y la economía tenga un buen flujo de dólares.
Pero, desde que Vaca Muerta entró en escena, Argentina ya no sólo depende del maná del cielo sino de las fuerzas del subsuelo (en concreto, 3.000 metros para abajo) de esa prodigiosa roca ubicada en Neuquén.
Y si las proyecciones son correctas, el maná del subsuelo será cada vez más importante.
Entre enero y septiembre de 2024, el superávit comercial energético fue de US$ 3.709 millones.
Un informe de Econviews dice: “La balanza energética se volvió fuertemente positiva, alcanzando un superávit acumulado de 12 meses de US$ 5.048 millones. Este resultado esta explicado porque la producción local de energía en Vaca Muerta está remplazando las importaciones, que cayeron un 60,6% interanual. En el acumulado anual las exportaciones de energía crecieron 23,4%. Según nuestras proyecciones, estimamos que para el 2030 las exportaciones de energía contribuirán con aproximadamente US$ 30.000 millones anuales a la balanza comercial”.
Dato de Cohen: “Con exportaciones récord, el saldo energético ya representa casi un tercio del superávit comercial total de US$ 15.963 millones en lo que va del año (que compara con un déficit de US$ 7.383 millones en igual período de 2023). Se proyecta que en 2024 aporte US$ 5.500 millones y, en 2025, US$ 7.600 millones, consolidándose como un sector clave para la generación de divisas, complementario al agro (sin estacionalidad)”.
Otros datos del informe de Econviews
- La producción de petróleo está en su máximo en 20 años, y va a seguir aumentando. En septiembre se produjeron 3.4 millones de metros cúbicos de petróleo crudo. Esto se asemeja a niveles de producción mensual de diciembre de 2003.
- La tendencia indica que la producción de crudo va a superar el récord histórico que tuvo lugar entre el 98′ y 99′ en el corto plazo.
- Las fuentes no convencionales hoy están en auge. Casi la mitad de lo producido hoy procede de hidrocarburos no convencionales conocidos como shale y tight.
- Estos hidrocarburos se encuentran sobre todo en el yacimiento de Vaca Muerta, situado en la Cuenca Neuquina.
- La producción de gas ya está en niveles históricamente altos. La producción de septiembre fue de 4,415 millones de m3, nivel que ya se asemeja a las cifras mensuales de 2004 y es solo superado por unos picos de producción en el año 2000 y 2001.
- El volumen producido en 2023 se mantuvo en los niveles de 2022, pero con un notable aumento del gas no convencional.
- La falta de infraestructura es un desafío y en los últimos años impidió que esta producción se transportara a zonas con escasez, como las regiones del norte del país.
Mientras el Gasoducto (antes, Néstor Kirchner y ahora Perito Moreno) avanza, “la firma del acuerdo con Brasil para exportar gas de Vaca Muerta fue un evento clave para el posicionamiento de Argentina como pilar de la transición energética en la región”, dice Econviews.
A partir del próximo año, se espera que comiencen las primeras exportaciones con un volumen inicial de hasta 3 millones de metros cúbicos diarios.
¿Hay demanda para la producción de Vaca Muerta en el resto del mundo?
El World Energy Outlook 2024 de la Agencia Internacional de Energía (IEA) proyecta un aumento de la demanda de GNL de 2,5% por año durante la próxima década y de 1% para el caso del crudo. India destaca como el mayor demandante de crudo y también va a incrementar en buena medida su consumo de GNL, por lo que es posible que se avance en una alianza por recursos energéticos.
Sobre la producción argentina, el informe menciona que “Argentina está preparada para aumentar drásticamente su producción de gas natural”.
- En 2035, proyecta un aumento de 80% respecto a la producción actual.
La producción de gas también aumenta modestamente en Brasil, pero disminuye en otros países de América Central y del Sur.
Los dólares llegaron para quedarse
Daniel Gerold, director de G&G Energy Consultants, prevé un superávit de US$ 4.200 millones para 2024 y de US$ 8.000 millones para el que viene, principalmente por “mayores exportaciones de petróleo crudo y menores importaciones de gasoil y gas natural licuado (GNL)”.
También consultado por Clarín, Daniel Dreizzen, de Aleph Energy, observa un resultado creciente por casi US$ 5.000 millones año tras año hasta 2030, cuando el saldo favorable superaría US$ 30.000 millones.
“El superávit comercial energético todavía es chico en términos absolutos. Lo más importante es su contribución para reducir la estacionalidad del mercado cambiario“, señalaron en un despacho oficial, según consigna Santiago Spaltro en Clarín.
“Los países funcionan mejor con flujos estables. El empuje del kirchnerismo para hacernos productores casi exclusivamente de soja acentuó la estacionalidad de la oferta de divisas, vinculada a la cosecha. Aumentar las exportaciones de otros sectores diluye ese efecto“, concluyó esa fuente.
Nicolás Arceo, director de la consultora Economía y Energía (E&E), piensa que el superávit comercial del sector en este momento “es una ayuda en el corto plazo”, aunque asegura que “a mediano plazo va a mejorar sensiblemente al sector externo de la economía argentina”.
Desde Empiria Consultores, su economista Jefe, Nicolás Gadano, planteó: “No es tan relevante el superávit comercial energético en este momento como para salir del cepo, pero lo más importante es que su resultado positivo es estructural, ya no coyuntural”.
“La energía va a estar aportando divisas sistemáticamente y además de manera creciente, con un saldo muy significativo dentro de 5 o 10 años“, agregó.