Cómo amansar el ganado para ferias: paciencia, rutina y respeto
Amansar el ganado para una feria de exposición es un proceso que va mucho más allá de la apariencia del animal.
Se trata de construir una relación basada en la constancia y el respeto, donde el bovino aprenda a confiar en su cuidador, a manejar el estrés y a comportarse de forma adecuada ante el público y los jueces.
Carlos Figueroa, ganadero y expositor del departamento de Caquetá, ha perfeccionado esta rutina durante años y sabe que el secreto está en la dedicación diaria.
“Es un trabajo de paciencia. Hay que estar con el animal todos los días, hablarle, tocarlo, que lo vea a uno como algo familiar, no como una amenaza”, aseguró.
El primer paso, según Figueroa, es acostumbrar al animal al contacto humano. Para eso, es necesario que el entorno sea tranquilo, sin sobresaltos, donde el bovino se sienta seguro. Hay que enseñarle poco a poco que la presencia del cuidador no representa peligro.
Primero el lazo, luego el camino
Después de lograr que el bovino acepte el contacto físico, el siguiente paso es el manejo con lazo o cabestro. En esta etapa se empieza a amarrar al animal por cortos periodos, sin causarle incomodidad.
“Esto le ayuda a entender el control, sin estrés, sin golpes ni gritos, todo con firmeza pero también con cuidado”, explicó el ganadero.
Cuando el animal se adapta al lazo, comienzan las caminatas. Debe hacerlo junto al cuidador, que responda a indicaciones y que adopte la postura correcta. Estas rutinas simulan lo que sucederá en la pista de la feria: caminata, detención y exhibición ante el jurado.
“Un bovino debe aprender a parar bien, mostrar su estructura y mantenerse tranquilo cuando el juez se le acerque. Eso se logra con tiempo y mucho refuerzo positivo”, señaló Figueroa.
Cepillado diario y vínculo emocional
Figueroa señaló que una de las actividades más importantes del proceso es el cepillado. Este mejora la presentación del vacuno y fortalece el lazo con el cuidador.
“Con el cepillo uno gana confianza con el animal. Él empieza a disfrutarlo, se relaja, y eso hace más fácil todo el entrenamiento”, anotó.
Además, el cepillado diario mejora la circulación, elimina suciedad y favorece la salud de la piel. A medida que el bovino se acostumbra a este cuidado, se puede incorporar el baño con productos especializados que realzan el brillo del pelaje y preparan al ejemplar para lucir impecable en la pista.
Prepararse para el escenario
Un aspecto que muchos expositores novatos descuidan es preparar al ganado para el ambiente de la feria. Según Figueroa, este paso es tan importante como los anteriores.
“El día del evento hay ruidos, música, altavoces, gente pasando cerca, otros animales. Si no se ha preparado para eso, el bovino se puede estresar y todo el trabajo se pierde”, advirtió.
Por eso, una parte del entrenamiento incluye simular ese entorno. Se debe practicar la entrada a la pista, el estar rodeado de personas y permitir que otras manos toquen al animal, para que no reaccione de forma negativa.
“Un bovino bien amansado no solo se deja guiar, también transmite tranquilidad. Y eso lo notan los jueces. La docilidad influye en la percepción general”, afirmó el expositor.
Aunque este proceso toma tiempo y requiere compromiso, para quienes participan en ferias de exposición es una inversión indispensable. Un animal que entra tranquilo a la pista, que se deja manipular y que exhibe sus cualidades sin tensiones, tiene mayores posibilidades de destacarse.
Figueroa lo resume así: “No se trata solo de tener un buen ejemplar, sino de mostrarlo bien. Y para eso, el amansamiento es clave. Uno puede tener el mejor ganado del mundo, pero si no coopera en la pista, pierde puntos valiosos”.