¿Cuándo no se deberían comer caracoles y por qué?
La cocina española tiene para ofrecernos una variedad bastante amplia de platos y recetas que son elaborados con el mayor de los cariños y con los mejores los productos locales de cada región, en pocas palabras: ingredientes de calidad. En muchas partes de España, como por ejemplo pueden ser Andalucía y Cataluña, los caracoles son uno de los platos favoritos de la gente. Los caracoles puedes ser preparados de diferentes maneras, en diferentes salsas. Aun así, en algunos momentos del año, consumir este plato podría no ser lo más recomendable, por diferentes motivos, veámoslos.
¿Qué riesgos para mi salud y seguridad alimentaria pueden tener los caracoles?
Comer caracoles puede ser perjudicial para nuestra salud en ciertos casos, conllevando una serie de riesgos si no preparamos bien los caracoles. Esto se debe a que los caracoles pueden albergar parásitos como por ejemplo el Angiostrongylus cantonensis. Ese parásito causa meningitis eosinofílica en humanos, y esta es una enfermedad grave. Además, estos moluscos pueden llegar a ser portadores de bacterias peligrosas como Salmonella, Escherichia coli, y otras, que son dañinas si los caracoles se comen crudos o están mal cocidos.
Para evitar intoxicarnos y dejar atrás estos riesgos para la salud, lo más importante de todo es purgar, limpiar y cocinar completamente los caracoles antes de comérnoslos. Otro buen consejo es intentar evitar tocar o estar en contacto con caracoles crudos y lavar bien todos los utensilios y superficies que hayan estado en contacto con ellos.
No es nuevo el dicho de que los caracoles no deberían consumirse en los meses sin ‘R’, es decir, mayo, junio, julio y agosto pero, ¿por qué? Pues en gran parte se debe al ciclo reproductivo de los caracoles. Los caracoles están en plena reproducción durante estos meses, y esto afecta la calidad de su carne y la preservación de sus poblaciones. Además, debemos tener en cuenta de igual manera de dónde proceden los caracoles. Todos aquellos que hayan sido recogidos en zonas industriales o cerca de carreteras pueden estar contaminados con metales pesados o pesticidas y esto puede ser un grave riesgo para nuestra salud.
Todos estos son los riesgos que representan comer caracoles que, aunque sean un auténtico manjar, también tienen sus riesgos. Recuerda que la mejor época par comer caracoles y cabrillas es la primavera y que para evitar complicaciones o intoxicaciones alimentarias debemos asegurarnos siempre de que los caracoles que estamos consumiendo están perfectamente cocinados. También es importante saber que los caracoles debes estar vivos antes de cocinarlos, ya que si hay alguno muerto podrían haber empezado a descomponerse y por lo tanto estar en mal estado.