20 de junio de 2024 08:51 AM
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América Latina compra productos agrícolas prohibidos en la Unión Europea

Brasil aparece como principal importador de estas sustancias prohibidas. En la UE se teme el llamado “efecto boomerang”, ya que se consumen productos procedentes de importantes fuentes alimentarias que pueden contener sustancias peligrosas.

La Comisión Europea prometió, en 2020, prohibir el envío de productos tóxicos no permitidos en el bloque a otros países. Pero las exportaciones continúan.

Ya en 2018, Brasil apareció como el principal receptor de dichas sustancias, seguido de Ucrania y Marruecos.

En abril pasado, el estudio EU Pesticides Export Ban: ¿What Could Be the Consequences? (Prohibición de Exportación de Pesticidas de la UE: ¿cuáles podrían ser las consecuencias?), encontró que el 36% del volumen total de los pesticidas importados de la Unión Europea (UE) por Brasil son sustancias prohibidas para su uso en el bloque europeo, según los datos disponibles y más actualizados. En casos como Perú y México, el porcentaje superó el 50%.

La investigación, encargada por Pesticide Action Network (PAN-Europa, una coalición de asociaciones de la sociedad civil de varios países europeos), mostró que el 8,2% de las exportaciones de pesticidas de Alemania, en el año 2022, fueron sustancias prohibidas en la UE.

“COLONIALISMO QUÍMICO” Y EL TEMOR POR EL “EFECTO BOOMERANG”.

Otra investigación, realizada por la ONG Public Eye, con sede en Suiza, muestra que, en 2018, la UE exportó para uso agrícola un total de 81.615 toneladas de 41 pesticidas prohibidos. Entre los exportadores, Italia ocupó el primer lugar y Alemania, el segundo. Luego se ubicaron los Países Bajos, Francia, España y Bélgica.

Márcia Montanari, investigadora del Centro de Estudios Ambientales y de Salud del Trabajador, del Instituto de Salud Colectiva de la Universidad Federal de Mato Grosso (Neast/IST/UFMT), afirma que una encuesta reciente, con muestras de alimentos consumidos frecuentemente en Brasil, mostró la presencia de 40 sustancias peligrosas, 11 de las cuales están prohibidas en la UE.

“Europa sigue produciendo estos pesticidas y enriqueciéndose a costa de la salud de la población de los países más pobres”, afirma. Los expertos en la materia han acuñado el término “colonialismo químico” para describir este escenario. Actualmente, alrededor del 30% de los pesticidas utilizados en Brasil no están permitidos en otros países, destaca Montanari.

En el bloque, se teme el llamado “efecto boomerang”, ya que se consumen productos procedentes de importantes fuentes alimentarias que pueden contener sustancias peligrosas. En el caso de las muestras de Neast, se encontraron pesticidas prohibidos en la UE en productos típicos, en materias primas brasileñas, como la soja.

“CONTAMINACIÓN MÚLTIPLE”.

Según Montanari, está en marcha un proceso de “contaminación múltiple”, en el que tanto el agua como los alimentos se ven fuertemente afectados por sustancias peligrosas. Además, otro efecto secundario se produce en los animales, con énfasis en las abejas, que tanto en Europa como en Brasil vienen sufriendo procesos de contaminación, que conducen a que se diezmen comunidades, lo que puede repercutir de diferentes maneras en los procesos de polinización.

Entre las muchas sustancias en circulación está el herbicida atrazina, que, según Montanari, “siempre se encuentra en las muestras”. El producto está relacionado con alteraciones endocrinas y neurológicas, además de enfermedades hepáticas. Sólo en 2019, Brasil importó 200 toneladas de este producto de la UE, donde está prohibido desde 2004, por su “extensa contaminación del agua”.

Otra importación notable fue el paraquat, un herbicida que recientemente fue prohibido en Brasil, pero que se permitió vender hasta que se agotaran las existencias en el país. El paraquat está asociado con enfermedades graves, como el parkinson y la fibrosis pulmonar.

El Atlas de Pesticidas de la Oficina Brasil de la Fundación Heinrich Böll –vinculada al partido alemán Los Verdes–, mostró, a partir de una revisión sistemática de análisis realizados y publicados en Brasil entre 2012 y 2019, que había 77 contaminantes diferentes en muestras de agua, incluidos los pesticidas. Se detectaron 21, entre ellos flutriafol, endosulfán alfa y beta, metolaclor y atrazina.

Los expertos coinciden en que, en los últimos años, sobre todo durante el Gobierno del expresidente Jair Bolsonaro, hubo una gran flexibilidad en cuanto a la autorización de sustancias potencialmente nocivas para la salud. El poder legislativo continuó aprobando nuevas propuestas, como el proyecto de ley, que pasó a ser conocido como «Veneno PL», sancionado en diciembre de 2023 por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Artículo de Matheus Gouvea de Andrade en Deutshce Welle (DW) | 19/06/2024

En otro orden, National Geographic publicó en abril de este año que Estados Unidos compra productos prohibidos en Europa. Alimentos estadounidenses prohibidos en España | National Geographic

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