Con la firma del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, publicada el 12 de diciembre en el Diario Oficial de la Unión, se oficializó la creación del Sistema Brasileño de Comercio de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (SBCE). Este marco legal busca controlar y reducir las emisiones de gases contaminantes en sectores clave, marcando el inicio de una estrategia nacional para descarbonizar la economía.

Un mercado regulado para la reducción de emisiones

El SBCE fija un techo de emisiones de dióxido de carbono equivalente (CO₂e) para las empresas más contaminantes. Aquellas que logren mantenerse por debajo del límite podrán generar créditos de carbono, que representan una tonelada de CO₂e evitada. Estos créditos podrán ser vendidos a empresas que excedan su cuota permitida, convirtiéndose en Cotas Brasileñas de Emisiones (CBE).

Este sistema no solo obliga a las industrias a reducir sus emisiones, sino que también fomenta la innovación tecnológica para alcanzar una producción más limpia. Para los grandes emisores, la alternativa será invertir en créditos o enfrentar mayores costos operativos.

El agro, fuera del mercado regulado: ¿oportunidad o desafío?

Aunque la ley es ambiciosa, excluye a las actividades agrícolas y pecuarias del marco regulatorio debido a dificultades técnicas para medir emisiones en estos sectores. Sin embargo, los productores rurales podrán participar generando créditos de carbono a través de la conservación de áreas protegidas como Áreas de Preservación Permanente (APP) y reservas legales.

Esta disposición, impulsada por la bancada ruralista, beneficia especialmente al sector agropecuario, permitiendo que tierras destinadas a la conservación puedan traducirse en ingresos adicionales mediante la venta de créditos de carbono.

Oportunidades para el agro: el caso de la caña de azúcar

La Organización de Asociaciones de Productores de Caña del Brasil (Orplana) celebró la sanción de la ley como una oportunidad clave para el sector sucroenergético. José Guilherme Nogueira, CEO de la entidad, destacó que la medida no solo impulsa la sostenibilidad en la producción de caña de azúcar, sino que también aumenta la rentabilidad para los productores.

“El SBCE permite que el agro participe de manera significativa en la descarbonización de la economía brasileña, mediante la venta de créditos de carbono y certificados de reducción o remoción verificada de emisiones (CRVE). Esto asegura flexibilidad y rentabilidad a la hora de cumplir con las metas ambientales”, afirmó Nogueira.

Además, se espera que esta nueva regulación amplíe las oportunidades de financiamiento sostenible y atraiga inversiones extranjeras, consolidando al sector como un actor clave en la transición hacia una economía de bajas emisiones.

Un mercado voluntario en expansión

Paralelamente al mercado regulado, Brasil continuará desarrollando su mercado voluntario de carbono. Este segmento permite que empresas y estados interesados en reducir sus emisiones, sin estar obligados por la ley, puedan negociar créditos como parte de sus estrategias de gobernanza ambiental, social y corporativa (ESG).

La flexibilidad del mercado voluntario está generando interés en empresas privadas que buscan diferenciarse como líderes en sostenibilidad, mientras que el gobierno se enfoca en consolidar el sistema regulado como el núcleo de su estrategia climática.

Implicancias internacionales y la mirada a futuro

Brasil, como uno de los mayores productores agrícolas del mundo, tiene la posibilidad de posicionarse como líder en la generación de créditos de carbono. Esta legislación no solo fortalece la agenda ambiental interna, sino que también podría consolidar al país como proveedor de créditos para mercados internacionales, aprovechando iniciativas como el Acuerdo de París.

Verra se une a la Mesa Argentina de Carbono

Mientras Brasil avanza con su mercado regulado, Argentina refuerza su liderazgo en mercados de carbono. La incorporación de Verra, líder mundial en estándares climáticos, a la Mesa Argentina de Carbono marca un hito en la consolidación de este ecosistema.

Esta mesa, que reúne a más de 45 actores clave, trabaja en el desarrollo de marcos regulatorios, certificación de mecanismos de medición y verificación (MRV), y promoción de iniciativas estratégicas para posicionar al país en acuerdos internacionales bajo el Artículo 6 del Acuerdo de París.

Angelo Sartori, representante de Verra, destacó: “Nuestra experiencia en la gestión de créditos de carbono será clave para garantizar calidad y transparencia en el mercado argentino.”

Argentina, con su vasta riqueza natural, tiene un potencial único para generar créditos de carbono de alta calidad. La Mesa Argentina de Carbono promueve soluciones basadas en la naturaleza (SBN), que representan el 50% de los créditos generados por este tipo de proyectos en América Latina, contribuyendo tanto a la sostenibilidad ambiental como al desarrollo económico de las comunidades locales.

Un modelo a seguir

on la implementación del SBCE, Brasil demuestra cómo un mercado de carbono bien estructurado puede equilibrar la sostenibilidad ambiental con oportunidades económicas. El desafío ahora es claro: garantizar que tanto el mercado regulado como el voluntario cumplan con su objetivo final de reducir emisiones, impulsando a Brasil y a toda América Latina como líderes globales en la lucha contra el cambio climático.