En agosto de 2023, la multinacional brasileña Minerva adquirió el Frigorífico BPU, generando expectativas cautelosas entre los trabajadores. Durante el primer año, la relación entre la empresa y el personal fue estable, pero en septiembre de 2024, se produjo un cambio que desató un conflicto laboral.

Propuesta de rebaja salarial del 30%

El presidente del sindicato, Raúl Barrios, explicó que tras el reintegro de los trabajadores luego de una licencia, la empresa planteó renegociar algunos aspectos de los convenios laborales, como los cortes de asado y pulpones. Sin embargo, el verdadero punto de conflicto surgió cuando Minerva propuso un nuevo convenio que incluía una rebaja salarial de hasta el 30% para algunos trabajadores.

Barrios señaló que, aunque el gremio está dispuesto a negociar, no aceptarán una reducción tan significativa. La propuesta de la empresa incluye la unificación de 14 convenios vigentes en uno solo, lo que afectaría a todo el personal de BPU en Durazno.

Experiencia previa con Minerva

Barrios subraya que el gremio mantiene una buena relación con la empresa y que las negociaciones continuarán el 1 de octubre. Sin embargo, expresa preocupación por la experiencia previa de otros frigoríficos de Minerva en Uruguay, como el de Canelones, donde las negociaciones llevaron más de un año.

El principal reclamo del sindicato es que la estandarización de los salarios no toma en cuenta las diferencias en el costo de vida entre distintas zonas del país. Barrios explica que lo que puede ser viable en Melo no necesariamente lo es en Durazno, afectando la capacidad de ahorro de los trabajadores.

Diálogo y expectativas

El sindicato de BPU, en coordinación con la Federación Obrera de la Industria Cárnica y Afines (FOICA), busca una solución que respete los derechos laborales. “Queremos trabajar, pero bajo las reglas de juego justas”, concluye Barrios, dejando claro que mientras no haya un acuerdo, los trabajadores no retomarán sus actividades en el frigorífico.