22 de junio de 2024 09:15 AM
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Convulsión geopolítica y estimaciones insólitas, los ruidos que afectan la toma de decisiones

El USDA estima una cosecha de maíz sudamericana absurda y no contempla el impacto del spiroplasma en la Argentina, que implicó un recorte de entre 6 y 10 millones de toneladas

La plaza granaria en general y en Chicago en particular continúan evolucionando en un contexto geopolítico sin precedentes. Luego de una sucesión de eventos muy “llamativos” (guerra comercial EE.UU./China, invasión de Rusia a Ucrania, ataque del grupo Hamas a Israel, los más relevantes), ahora se renueva la recurrente amenaza de China a Taiwán. Así, resulta muy difícil imaginar escenarios de precios y tomar decisiones.

Como si lo puntualizado fuera poco, ahora se suma el insólito (por no decir patético) reporte del USDA del 12 del presente mes. El organismo con sede en Washington estima una producción sudamericana de maíz claramente absurda. En nuestro país “no existió” el impacto del spiroplasma (recorte productivo de entre 6 y 10 millones de toneladas que el USDA ignora) y para Brasil reporta un volumen del forrajero que supera en 10 millones de toneladas lo estimado por la Conab (el USDA brasileño). En un comercio mundial entre países del orden de los 190 millones de toneladas, 16/20 millones es mucho.

Algo similar ocurre con la soja en el vecino país, para el cual la diferencia en más también se ubica en torno de las 7/8 millones de toneladas. Por su parte, los rindes proyectados para la cosecha de maíz y de soja en curso en EE.UU. son récord, hipótesis difícil de alcanzar con los avances verificados en las tareas de implantación, toda vez que está estadísticamente comprobada la fuerte correlación de los rendimientos con las fechas óptimas de siembra (no cumplidas).

La chicharrita provocó pérdidas importantes en la cosecha argentina de maíz, que fueron soslayadas por el USDA
La chicharrita provocó pérdidas importantes en la cosecha argentina de maíz, que fueron soslayadas por el USDAShutterstock – Shutterstock

Este año se asemeja notoriamente a 2022 y los rindes de entonces pondrían los stocks de cierre en aquella nación en niveles que llevaron los precios a registros muy superiores a los actuales. Mientras tanto (y ya terminando junio), ingresamos en los momentos críticos del tradicional “mercado climático” en EE.UU. Floración de los maíces en julio (36,4 millones de hectáreas) y llenado de grano en soja en agosto (35 millones de hectáreas). En consecuencia, el clima en dichas instancias tendrá la “última palabra” y será el factor determinante (volatilidad garantizada). Por el momento, el clima viene bien y eso alimenta opiniones bajistas.

En nuestras pampas, la plaza triguera mantiene su firmeza y la amenaza de que Brasil suspenda aranceles de importación que favorecen al trigo argentino en dicho destino plantea dudas muy relevantes para las cotizaciones de la nueva cosecha (con probabilidad de área récord de por medio). Tremendo tema para seguir con mucha atención.

Por su parte, los precios domésticos del maíz continúan “volando” por encima de las paridades de exportación ¿Tirar de la cuerda o cerrar a estos atractivos valores? es la pregunta recurrente. La prudencia recomienda aprovechar estos momentos. Aun así, en la plaza maicera global hay espacio para el optimismo, toda vez que la cosecha argentina se ha visto mermada notoriamente; que la safrinha en Brasil también se ha ajustado, y que en EE.UU. el área cae este año 1,9 millones de hectáreas.

Los precios domésticos del maíz continúan “volando” por encima de las paridades de exportación
Los precios domésticos del maíz continúan “volando” por encima de las paridades de exportación

Mientras tanto, la economía china abona la teoría de los bajistas, en el sentido de que la demanda asiática no está mostrando su mejor versión. Aunque mantenemos una visión positiva para los precios, resulta claro que son muchos los temas a monitorear.

El autor es presidente de Nóvitas SA

Enrique Erize

Fuente: La Nacion

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