El Parlamento Europeo aprueba el aplazamiento de un año para la ley de deforestación
Esta normativa, que busca cerrar el mercado europeo a productos vinculados a la deforestación, tenía prevista su entrada en vigor a finales de 2024, pero las inquietudes de empresas, terceros países y Estados miembros han llevado a la adopción de esta medida. El aplazamiento ya había sido aprobado previamente por el Consejo Europeo
Una transición más gradual para grandes y pequeñas empresas
Según lo aprobado, los grandes operadores deberán cumplir con las obligaciones del Reglamento a partir del 30 de diciembre de 2025, mientras que las pequeñas y microempresas tendrán hasta el 30 de junio de 2026.
Este retraso responde a las dificultades expresadas por los sectores afectados para adaptarse a las exigencias logísticas y normativas que implica la nueva regulación.
Novedades introducidas
Como novedad, el Parlamento Europeo también ha decidido introducir una nueva categoría de países considerados ‘sin riesgo‘ de contribuir a la deforestación. Esto significa que, además de las categorías actuales —que clasifican a los países según un nivel de riesgo bajo, estándar o alto—, ahora se reconocerán aquellos países que estén ampliando o manteniendo estables sus áreas forestales.
Para estos países ‘sin riesgo’, las normas serán mucho más flexibles, ya que se entiende que sus prácticas prácticamente no representan amenaza alguna para los bosques. La idea es concentrar los esfuerzos de supervisión en aquellos lugares donde el problema es más urgente.
La Comisión Europea se encargará de desarrollar un sistema para evaluar el nivel de riesgo de cada país, y tendrá hasta el 30 de junio de 2025 para tener este análisis listo.
Próximos pasos en las negociaciones
El texto ha sido devuelto a la comisión de Medio Ambiente para iniciar las negociaciones interinstitucionales con el Consejo.
La normativa final deberá ser ratificada por ambas instituciones antes de su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea.
El Reglamento de deforestación, adoptado en abril de 2023, tiene como objetivo reducir el impacto del consumo de la UE en la deforestación global, que representa aproximadamente el 10 % de la pérdida de bosques a nivel mundial, según datos de la FAO.
Entre los productos afectados por esta regulación se encuentran el ganado vacuno, el cacao, el café, el aceite de palma, la soja y la madera.