12 de julio de 2024 09:01 AM
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¿Es correcta la docilidad que muestra Argentina para poder exportar a Europa carne y soja “libre de deforestación”?

Santiago del Solar cree que es un error aceptar una avanzada sobre la propia legislación

En exactos cincos meses y 21 días, la norma EUDR 2023/1115, que fue anunciada a finales del año pasado y pretende evitar que ingresen al territorio de la Unión Europea productos agroindustriales provenientes de zonas que hayan sido deforestadas luego del 31 de diciembre de 2020, entrará en vigencia.

Y a pesar del cimbronazo que esto supone, porque todas las exportaciones de carne vacuna, soja, aceite de palma, café, cacao, madera, carbón vegetal y caucho, así como productos derivados de los mismos, deberán estar obligatoriamente certificadas, muchos se mantienen todavía escépticos porque creen que Argentina tiene aún bastante con qué negociar.

Uno de esos casos es el de Santiago del Solar -productor, ingeniero agrónomo y ex jefe de gabinete del Ministerio Agricultura, Ganadería y Pesca durante los tiempos de Mauricio Macri-, para quien la docilidad que el país viene mostrando frente a la UE es un gran error.

“Esta es una regulación de brocha gorda que se mete en las legislaciones propias de otros países. Este reglamento 2023/1115, que ellos le dicen de due diligence, te pone en una situación del tipo “las cosas son como yo las digo y tenés que hacer lo que yo te digo”. Y esta amenaza, de que desde el primero de enero no van a comprar más, por ejemplo, harina de soja sin certificar, me parece muy ingenua creerla. Ni Brasil, ni Estados Unidos, ni Indonesia o Malasia están de acuerdo con esto. De hecho, hoy están comprando harina de soja a futuro para embarcar entre marzo y abril, y no están pidiendo nada. El comercio va a continuar”, dijo del Solar en una charla con Bichos de Campo.

-Vos decís que llegamos al primero de enero y que es mentira que de la nada se van a cortar los embarques- le preguntamos.

-Claro, eso no puede suceder. No va a suceder. Porque ellos no van a hacer una gran huelga de hambre donde el primero de enero van a dejar de comprar. Necesitan harina de soja y van a decir que la quieren certificada pero Estados Unidos no tiene nada, Brasil no tiene nada y nosotros tenemos dos o tres que van a certificar Visec. Es una muy mala idea de negociación cuando a vos te quieren imponer algo ir derecho a Bruselas, como fuimos con el agregado agrícola en la UE, lo cual es un error, a llevar la manzana a la maestra. Nosotros somos los únicos que vamos a hacer esto cuando en realidad tenemos que decir “no, nos vamos a juntar con la oferta porque ella pesa, y no lo vamos a hacer”.

-¿Y cómo crees que podríamos negociar?

-Es muy fácil. Argentina ya tiene un sistema de certificación que es el RENSPA. Yo te puedo decir que un camión salió con RENSPA de Pehuajó, una carta de porte de ahí, y listo. Viene de una zona donde nunca hubo desmonte. Y Visec lo que pretende, y ahí hay un tema que va con negocio atrás, certificar las 16 millones de hectáreas de soja, de las cuales desmontadas del 2020 en adelante deben haber muy pocas. Pero muy pocas en serio. Decir que certifiquemos todo es porque evidentemente hay un negocio. Y lo que se puede hacer es lo contrario. Por la positiva se puede decir: “¿Querés que te certifique que las 3.000 o 5.000 hectáreas que se desmontaron a partir de 2020 no vayan a la UE?”. Ahí la certificación es por 3.000 hectáreas, no por 16 millones. Es mucho más barato y más lógico.

A continuación, del Solar añadió: “Existen también la soja EPA o Environmental Protection Agency, que ese usa en Estados Unidos para hacer biocombustible. Es soja argentina que para certificarla no hay nada más sencillo que llenar una hojita indicando que en tal campo, que está en tal lado y con tal georreferenciación, no realizó cambio de uso de la tierra en los últimos 10 años. Y te pagan 3 a 5 dólares encima, dependiendo del momento, de la soja que vendés vos. No es obligatorio, no hay una certificadora, no hay nadie. Es solamente un papelito y una declaración, y ellos miran en Google Earth que no hubo árboles de ahí para atrás. Y listo, se terminó. Sin pagar fortunas, ni una movida enorme de certificar millones de hectáreas. Eso está funcionando desde hace casi 10 años. Es muy sencillo y evitás todos estos líos”.

-Para vos entonces la producción que ya cumplió con la ley de Argentina no debe ser certificada aparte.

-Lo que ya cumplió con la ley argentina sale con un RENSPA y eso es garantía de que no fue desmontado y es legal acá. Con eso ya está, no me pidas más nada. Y negociemos porque yo no estoy dispuesto a certificar 16 millones de hectáreas de soja, a certificar que la harina de soja que le doy a en un feedlot a un novillo o a una vaca de tambo, que puede haber venido de ternero de un campo en Formosa o Chaco. Es imposible. Y no hay nada peor que decirles que es posible hacerlo. Hay que decirles que así no lo vamos a hacer. Igual que Estados Unidos, igual que Brasil.

-¿Con quién debería unirse Argentina para trabajar codo a codo con esto? ¿Con los otros exportadores a los que se les pide esto mismo?

-Son todos porque son los mismos europeos, por ejemplo. Un polaco que tiene un aserradero tiene que demostrar que la madera con la que está haciendo una puerta o un mueble, y que la compró en Hungría vino sin deforestación, y tiene que hacer toda la trazabilidad. Es algo que nadie sabe ni cómo empezar a hacerlo. Entonces no podemos salir nosotros a decir “somos los primeros que lo vamos a hacer”, cuando en realidad es un sobrecosto enorme, es un sinsentido para un país como Argentina, donde en la Pampa Húmeda nunca hubo un árbol. O sea, ¿cómo voy a certificar que no hay deforestación en un lugar donde no hubo árboles? Si no hubo árboles en la provincia de Buenos Aires, en la mayoría de La Pampa, al sur de Córdoba y al sur de Santa Fe, sale con un RENSPA de ahí y listo.

-Cuando decís que esto va a beneficiar el negocio de algunos, ¿a quiénes te referis? ¿A los grandes exportadores de soja y carne?

-Los exportadores lo que están haciendo con Visec es endosarle el problema al productor. Porque la Unión Europea dice que lo va a controlar al importador. Ellos son exportadores acá, importadores en la Unión Europea. Entonces nos tiran el problema a nosotros para lavarse las manos ellos, en vez de ellos ayudarnos a negociar que esto es mejor no tener que hacerlo. El ejemplo más claro es el de RTRT o la Round Table on Responsible Soy Association. Si bien en ese caso era un privado, ahí los supermercados holandeses y los fabricantes de alimentos balanceados te decían “ustedes no van a poder exportar más harina de soja a través de Rotterdam si no viene certificada por RTRS”. Y eso no sucedió porque tanto Brasil, como Estados Unidos, Argentina y Paraguay dijeron “no, si conseguís a alguno que lo haga, genial”. Esto es un poco lo mismo. Es un arranque con una brocha gorda diciendo “esto lo van a cumplir a partir de enero”, y no, nosotros no podemos cumplirlo a partir de enero. Tenemos capacidad de demostrar que las producciones argentinas son sostenibles y tenés que confiar en mi legislación. No podés ignorar la legislación argentina.

-De hecho, si Brasil y Estados Unidos no lo están cumpliendo, es difícil pensar que a ellos también se les va a cortar la exportación el 1 de enero.

-A nadie se le va a cortar porque ya hay contratos. Ya hay contratos a mayo del 2025, ya estás viendo fluir el mercado. Si no ya se hubiera desplomado el mercado de soja. Los compradores hoy están comprando soja. Están comprando soja en la UE porque necesitan soja para ahora, para febrero, para marzo, para mayo, para cuando sea. Y ya están comprando.

-Si esto fuera realmente cierto no existirían esos contratos.  

-Exactamente. Habría una parálisis del mercado internacional de soja. La Comisión Europea hizo algo porque sus votantes se le pidieron. Tiene mucha presión interna, eso es cierto, pero salió con algo que es de cumplimiento imposible, y hay una frialdad total en todo el mercado internacional. Salvo Argentina con Visec, que no sé por qué salimos a decir que nosotros queremos cumplir esto. Pero en realidad la gran mayoría de los compradores argentinos ni enterados estamos y no vamos a hacer nada.

-¿Por qué motivo crees que Argentina se muestra tan dócil con esto? ¿Crees que piensa que va a ganar algún mercado? ¿Qué se va a adelantar a otros países?

-Yo creo que Ciara tiene una fantasía. Ellos están perdiendo el mercado de harina de soja. Se les está complicando mucho compitiendo con la molienda de Estados Unidos y Brasil. Ahí tienen un problema. Entonces creen que si somos los únicos que hacemos esto, y endoso el problema del producto argentino, voy a ver cómo hago para que no le compren a Brasil o a Estados Unidos. Cuestión que no va a pasar, es una fantasía eso. La UE le va a buscar la vuelta para prorrogar esto, o ver de qué manera se negocia. Y así como está la reglamentación, no va a entrar en vigencia.

-A esto hay que sumar el contexto de protestas en Europa, que llevó a la publicación de un documento con 43 medidas para acordar cómo trabajar de cara a la agenda 2030, muchas con un gran sesgo ambiental, que incluso se terminaron flexibilizando. Si ellos mismos dan marcha atrás, cabría pensar que no serán tan exigentes con nosotros.

-Totalmente de acuerdo. Es eso. Ellos no pueden exigir estas cuestiones que los mismos importadores europeos no saben cómo lo van a cumplir, porque los que tienen que sancionar esto son los países, no la Comisión Europea. Esto tiene que salir por Eslovenia, Eslovaquia, Croacia, Polonia, Holanda, y eso no va a suceder de un día para el otro. Entonces yo creo que tienen una demanda ellos, nosotros podemos negociar, pero nunca salir a decir, “sí, yo soy el único que lo voy a hacer” y ponerse a los pies de los europeos, cuando en realidad la capacidad de negociar nuestra es mucho más fuerte.

-Para vos ellos son los que, en todo caso, dentro de su propio país deberían pedir esto y no como bloque Unión Europea.

-Claro, el reglamento es de la Comisión Europea, es de todos. Pero los que tienen que hacerse cargo de controlar son los países miembros. Ellos también están metidos en este lío y no saben ni cómo empezar a trabajar. No tenemos que apurarnos nunca, sino al revés, plantarse, negociar y entender que RTRS fue igual. De un día para el otro dijeron que no iba a entrar más un kilo de soja y eso no pasó. La oferta negocia. Somos la oferta nosotros y tenemos que negociar.

-¿Y qué opinión te merecen los dichos de Diana Mondino días atrás? ¿Qué considerás que tienen que hacer las autoridades? ¿Quién tendría que dar el volantazo o darse cuenta?

-Yo creo que Diana lo encaró por el lado de la reforestación, que no es el tema porque los europeos no lo ven por ese lado, pero sí dijo que vamos a tener que hablar con ellos. Dio a entender “a mí no me lo van a imponer así”. Después tienen a la Organización Mundial de Comercio (OMC), porque esto claramente es una barrera paraarancelaria. Y ahí empiezan las cosas. Vos podes hacer un panel en la OMC y decir, por dar un ejemplo, que si nos exportan un vehículo europeo queremos que sea libre de una energía contaminante como el carbón. Y la UE tiene un 20% a 30% de la matriz energética de carbón. Diana Mondini estuvo bien, dijo “tenemos que hablar”. Ya está frenando la cosa. Esto que venía con mucha tranquilidad desde el sector privado argentino a través del consorcio ABC de Carnes, y Ciara, diciendo que lo íbamos a hacer, tenía un mensaje muy malo. Ahora Diana Mondino está diciendo no.

-¿Y creés que hay posibilidad de que den marcha atrás los exportadores o por ahora no la ven?

-A los exportadores es cuestión de no hacerles caso nosotros los productores. Y nadie les hace caso. Esto es más show que otra cosa. Sale un embarque, dos embarques. ¿Quién más lo está haciendo? A nosotros no nos interesa eso. El problema es cómo va a reaccionar la Comisión Europea cuando se encuentre con que no consigue las cantidades de todos los productos que ellos quieren. Ahí habrá que negociar.

-Ahí Argentina podría mostrar que todos los proveedores de soja a la UE coinciden en lo mismo.

-Sí, Aprosoja ya dijo que no quiere saber nada y son los productores número uno del mundo. Si el número uno te dice que no, vos tenés que decir que no también. En Estados Unidos, todo esto de certificar, de georeferenciar camiones, por un tema de seguridad nacional no lo pueden hacer. No le pueden dar a una empresa privada toda esa información. O sea que esto no va a suceder. Nosotros tenemos que juntarnos con esos países. Por otro lado, desde la UE te meten también cosas de derechos humanos, violaciones a las comunidades indígenas, trabajo infantil. De todo eso ya hay leyes en Argentina. No es que somos un país sin leyes. Y el europeo igual te pide certificación. En Argentina está prohibido eso, somos un país soberano, no me podés tratar así. Estamos arreglando el Acuerdo de la Unión Europea y el Mercosur, ¿y no me crees nada? Así no funciona.

Fuente: Bichos de Campo

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