La clave del ‘System Approach’
La polilla del racimo de la vid, Lobesia botrana (Lepidoptera: Tortricidae), es una plaga clave en la aspiración chilena de exportación de uva de mesa a Estados Unidos bajo el protocolo recientemente aprobado de ‘System Approach’. Desde abril de 2008, Lobesia botrana fue declarada plaga cuarentenaria bajo control oficial por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). Actualmente, su distribución abarca desde la región de Atacama hasta la Araucanía.
A nivel productivo, en los países que la plaga está establecida, el daño más significativo es el causado por sus larvas, que se alimentan de las bayas, lo que favorece el desarrollo de enfermedades como Botrytis cinerea (Gilligan et al., 2011). Dicho daño aumenta el costo de manejo de los huertos, ya que obliga a implementar una estrategia de control.
En Chile, por su parte, su connotación cuarentenaria, implica control obligatorio para los huertos en un radio de 500 m desde el punto donde se detecta un brote. El brote está definido por el SAG como las capturas en trampas de 2 adultos de Lobesia botrana en un radio de 1.000 metros en 1 o 2 ciclos continuos de la plaga o la detección de 1 estado inmaduro (huevo/larva/pupa). Sin embargo, además, el brote genera Áreas Reglamentadas de 3 km a la redonda (figura 1), superficie que queda fuera de la opción de exportación bajo protocolo ‘System Approach’, quedando sometida al proceso tradicional de exportación a EEUU, el que implica fumigación con Bromuro de Metilo. Dicho procedimiento implica un quiebre en la cadena de frío que deteriora la calidad de la fruta y su vida de postcosecha.
Protocolo Systems Approach
En base a la menor prevalencia de L. botrana en la macrozona que abarca las regiones de Atacama a Valparaíso, el estado chileno a través del SAG, mantuvo una negociación por más de 24 años con sus pares estadounidenses, de modo de permitir la implementación de un protocolo de Enfoque de Sistema o “Systems Approach”, que establece medidas de mitigación contra las plagas L. botrana y el ácaro nativo Brevipalpus chilensis, cuya publicación se concretó en junio del presente año.
El ‘System Approach’ permitiría mejorar la competitividad del sector, evitando los costos de fumigar la uva de mesa con Bromuro de metilo en destino, reduciendo el deterioro que dicho tratamiento genera en la condición de postcosecha de la uva y permitiendo acceder a mejores precios de nuestra fruta en el mercado. Se estima que la pérdida de calidad relacionada directamente con la fumigación de la fruta e indirectamente con los factores ambientales requeridos para su aplicación, afecta los retornos en entre un 8% y un 12% del precio total de venta del producto en destino.
En cuanto a Lobesia, tanto las áreas de control (radio de 500 m desde el brote), como las áreas reglamentadas (radio de 3 km desde el brote), no son consideradas áreas libres de la plaga, el SAG posee un estricto protocolo para remover la condición de área reglamentada, el cual se esquematiza en la figura 3.
Manejo Fitosanitario
Dentro de los manejos tradicionales de esta plaga existe una amplia gama de plaguicidas autorizados por el SAG para su control. De forma general, estos se pueden clasificar en dos grupos, reguladores de crecimiento y neurotóxicos. Para un manejo químico eficiente, es crucial prestar atención a la curva de degradación de los productos, ya que la fruta chilena ha sido objeto de cuestionamientos en mercados internacionales debido a detecciones de residuos que superan los límites máximos permitidos en la fruta (González, 2015). Otro aspecto a considerar tiene relación con el momento de las aplicaciones, donde el monitoreo de vuelos y prospección de estados larvales son herramientas fundamentales para determinar el momento óptimo de control. El SAG, basado en registros históricos, prospecciones y el Sistema Red de Pronóstico Fitosanitario (RPF), determina el momento de aplicación y genera avisos a los agricultores, quienes deben mantener protegido el cultivo durante al menos 30 días.
Una estrategia sustentable utilizada para el control de la polilla del racimo es la confusión sexual (CS), también llamada disrupción del apareamiento. Esta es una técnica de control basada en feromonas desarrolladas para la contención y control de Lobesia botrana en zonas dónde hay una fuerte presencia, tales como Chile y Argentina (Ioriatti et al., 2011). En concreto, la confusión sexual consiste en inundar el ambiente con feromonas sexuales sintéticas, idénticas a las producidas por las hembras del insecto para atraer al macho. Esta saturación del ambiente provoca la desorientación de los machos y les imposibilita la detección de las hembras, disminuyendo los apareamientos y con esto, la descendencia y el nivel poblacional de la plaga (SAG, 2024).
En 2022, Ceballos et al., plantearon algunas de las ventajas que entrega la confusión sexual, entre otras, riesgos mínimos para la salud y el medio ambiente; aceptación por parte de las personas en comunidades residenciales; viabilidad para ser utilizada en huertos convencionales y orgánicos y una eficacia equivalente al manejo convencional cuando se utiliza adecuadamente.
En Chile, la superficie agrícola tratada con confusión sexual ha aumentado significativamente. Desde el inicio del programa Lobesia botrana en 2008, el SAG ha entregado emisores de confusión sexual a productores con predios en Áreas de Control. En 2011 se permitió que los productores compren emisores de CS, cubriendo un mínimo de 4 hectáreas. A partir del 2014, el SAG ha adquirido más emisores de CS para utilizar en predios y zonas urbanas; y a contar de la temporada 2015-2016 se implementó -además-el sistema de reparto, en el cual el SAG aporta emisores para cubrir parte de la superficie bajo control (la cual dependerá del tamaño del predio) y el productor debe adquirir obligatoriamente la diferencia, lo que ha permitido cubrir con esta técnica miles de hectáreas (SAG, 2024).
Cabe destacar que el efecto inmediato que genera la CS es la disminución de las capturas de adultos machos en trampas, sin embargo, la ausencia de capturas no implica que no existirá presencia de estados inmaduros en la fruta. Lo anterior se explica porque en zonas y predios con altos niveles de polillas, a pesar de estar inundado el ambiente con feromona, se producen encuentros al azar entre machos y hembras, de lo que se genera descendencia. Además, el ingreso de las hembras fecundadas desde sectores colindantes infestados puede causar la detección de estados inmaduros en los cuarteles borde (SAG, 2024). Experiencias internacionales señalan que, si se repite la CS en un mismo predio durante varias temporadas consecutivas, la población de la plaga disminuye progresivamente y la eficacia del método aumenta.
Asimismo, debido a la migración activa (vuelo de las polillas) y al transporte pasivo de la polilla (material vegetal infestado), la plaga también está presente en plantas hospederas de áreas urbanas, principalmente parras caseras. Así, las capturas de machos en trampas de monitoreo con feromonas y los daños en frutos, son significativos en algunas ciudades, constituyéndose en refugio e inóculo de la plaga, desde donde pueden volver a infestar viñedos y huertos (SAG, 2024). De hecho, los factores antropogénicos han sido destacados como una causa crucial en la dispersión de Lobesia botrana (Schartel et al., 2019). De ahí la necesidad de controlar la polilla en sectores urbanos cercanos a los huertos de uva de mesa.
Actualmente existen en el mercado chileno diversos tipos de feromonas de confusión sexual para control de Lobesia botrana, con muy diferente número de emisores por unidad de superficie. El número fluctúa entre 2,5 por hectárea, en el caso de emisores activos tipo Puffer, a los 550 por hectárea, en el caso de emisores pasivos. Asimismo, la duración del periodo de protección varía entre 150 a >200 días. Ambos aspectos son muy importantes de considerar, por una parte, influye en el costo de adquisición e instalación, y por otra, la efectividad del producto en proteger el largo periodo de vuelo que se ha verificado en la zona central de nuestro país (ver figura 4).
Metodología AREA-WIDE
La Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, junto al Centro de Entomología Aplicada (BIOCEA), ejecutan desde el año 2021 un proyecto de cuatro años para desarrollar y transferir tecnologías que ayuden a los agricultores a implementar el Protocolo ‘System Approach’ de manera efectiva y sustentable (FIA PYT-2021-0654: “Adaptación e implementación de ‘System Approach’ con productores y actores relevantes relacionados con la exportación de uva de mesa a Estados Unidos- Región de Valparaíso”).
Para Lobesia botrana está el caso del programa implementado exitosamente en 2010/11 por el USDA/APHIS en distintos valles del estado de California, el que logró la erradicación exitosa de la plaga. A partir de dicha iniciativa, así como incorporando también el conocimiento de países europeos, con vasto recorrido en el manejo de Lobesia botrana, la propuesta PUCV-BIOCEA ha contemplado la adaptación de dichas experiencias a la realidad y condiciones locales del Valle del Aconcagua.
Para lograr el objetivo principal, uno de los elementos centrales de esta iniciativa es la adaptación de la metodología denominada AREA-WIDE para el control de plagas de alto impacto, la que se sustenta principalmente en la combinación de técnicas que incluyen, entre otras, la Confusión Sexual por medio de Semioquímicos (feromonas sexuales y Kairomoas), el uso de Pesticidas de Bajo Impacto Ambiental y el Control Biológico con microorganismos en un área extensa, previamente definida, que abarca a muchos predios.
En esta metodología se asume que cuanto mayor es el área tratada mayor es la eficacia del método, dado que la abundancia de la plaga disminuye drásticamente en toda el área comprometida en el AREA-WIDE, mitigando a su vez la invasión de insectos que ocurre desde fuera del área tratada, donde se ubican los predios manejados de forma tradicional.
La metodología de AREA-WIDE se ha usado con éxito en moscas de la fruta, lepidópteros, áfidos, pseudococcidos, mosca del establo, garrapatas, mosquitos y cicadélidos. Como caso de éxito, en Chile se cuenta el de la mosca de la fruta (Ceratitis capitata), efectivamente controlada por el SAG a través del programa de moscas estériles en la región de Arica y Parinacota, desplegado en los valles Azapa y Lluta, que cuenta con más de 25 años.
Resultados en el Valle de Aconcagua (2023 – 2024)
La prueba del Prototipo del Modelo Área-Wide definió una superficie de 1.270 hectáreas localizada en el sector de La Troya, San Felipe. Esta propuesta contemplaba la implementación de estrategia de confusión sexual -mediante el uso feromonas- en áreas agrícolas, urbanas y semiurbanas adyacentes al área agrícola productora de vid de mesa (Figura 5). La CS en las áreas no agrícola fue implementada por el SAG y el equipo de trabajo del proyecto con aporte de FIA y las empresas Anasac y Suterra (figura 5).
Se solicitó a los agricultores y exportadoras la instalación de la CS en la superficie plantada con vides, sin embargo, sólo se concretó en una fracción de ella, logrando abarcar un área total de 338 hectáreas.
Adicionalmente se realizó un catastro de parras caseras en el sector de La Troya y El Almendral y se solicitó a los vecinos el retiro de los racimos para evitar el desarrollo de la plaga y se les retribuyó con fruta de exportación de las empresas vecinas. Paralelamente se realizó difusión a través de redes sociales, asociaciones vecinales y capsulas radiales.
Se observó una disminución del 83% en las detecciones de Lobesia botrana, respecto de la temporada anterior, de acuerdo a las trampas de feromonas del SAG en el Área del prototipo (figura 6).
La presente temporada el desafío ha sido mayor, ya que se definió un área con cobertura de confusión sexual de 2.000 ha (Area wide) con el objetivo de llegar a cero capturas, de forma de generar un área libre de la plaga en la comuna de San Felipe. Este objetivo fue planteado a las empresas exportadoras del valle, al SAG y