2 de enero de 2025 01:46 AM
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La Unión Europea reconoce que el etiquetado de los alimentos puede llevar a confusión

Auditores de la Unión Europea han advertido en una reciente publicación sobre el hecho de que “los consumidores pueden perderse fácilmente en un laberinto de etiquetas de alimentos”.

Reconocen que el etiquetado de los alimentos debe ayudar a tomar decisiones con conocimiento de causa al comprar alimentos, pero que los consumidores europeos están expuestos a un número cada vez mayor de declaraciones, logotipos, eslóganes, etiquetas y puntuaciones que pueden ser no solo confusos, sino también engañosos.

Las normas de la UE garantizan que las etiquetas proporcionen a los consumidores información básica, lo que sin duda es un buen punto de partida. Pero los auditores hallaron una serie de lagunas preocupantes en la legislación, así como problemas con los controles y las sanciones.

“En lugar de aportar claridad, con demasiada frecuencia las etiquetas de los alimentos crean confusión; existen cientos de sistemas, logotipos y declaraciones diferentes que el público debe descifrar”, señaló Keit Pentus-Rosimannus, miembro del Tribunal de Cuentas Europeo responsable de la auditoría.

“Las empresas pueden ser muy creativas respecto de lo que introducen en los envases, y las normas de la UE no se han adaptado a un mercado en constante evolución, lo que hace que unos 450 millones de consumidores europeos sean vulnerables a mensajes engañosos intencionados o involuntarios”.

Las insuficiencias de la legislación de la UE pueden dar lugar a que los consumidores acaben confundidos. Por ejemplo, las normas de la UE permiten el uso de declaraciones nutricionales y de propiedades saludables incluso para productos con alto contenido en grasa, azúcar o sal. Asimismo, los consumidores están cada vez más expuestos a declaraciones de propiedades saludables no reguladas sobre sustancias vegetales, como “contribuye a la recuperación de energía” o “mejora el rendimiento físico”, incluso sin el respaldo de pruebas científicas.

Además, las etiquetas nutricionales en la parte frontal de los envases, como el sistema Nutri-Score o la batería NutrInform, no están armonizadas a escala de la UE, y no existe consenso entre las partes interesadas europeas sobre qué sistema de etiquetado debe utilizarse.

A pesar de estas críticas, los auditores constataron que la educación de los consumidores no parece ser una prioridad. La UE solo asignó cerca de 5,5 millones de euros a diversas campañas de sensibilización sobre el etiquetado de los alimentos entre 2021 y 2025, y las campañas de los Estados miembros dirigidas a los consumidores son esporádicas.

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