La iniciativa resalta la importancia de regular estas prácticas tradicionales, salvaguardando tanto la herencia cultural como el bienestar animal y la seguridad de los participantes.

En la exposición de motivos se explica que el proyecto tiene como antecedente la reciente declaración de la “Jineteada” como Patrimonio Cultural inmaterial, por parte de la UNESCO.

La proyectista asegura que esta práctica, que incluye destrezas como la doma de potros y la corrida de sortija, no solo tiene un profundo valor histórico y social, sino que también representa una oportunidad de desarrollo turístico y económico para las comunidades rurales.

“El reconocimiento formal de estas manifestaciones como patrimonio cultural inmaterial  implica un compromiso con su preservación y salvaguarda”, sostiene la legisladora.

En ese sentido, agrega que el creciente número de eventos y competiciones deportivas que involucran animales ha generado la necesidad urgente de contar con normativas claras, que aseguren tanto el bienestar de los animales como la seguridad de los participantes y espectadores.

“La regulación de estas actividades permitirá, además, atraer turistas nacionales e internacionales, fomentando el comercio local y la generación de empleo en sectores relacionados”, según el escrito de presentación del proyecto.

Un enfoque integral: cultura, bienestar animal y seguridad

El texto legislativo aboga por un equilibrio entre la preservación de las tradiciones culturales y la protección de los derechos de los animales.

Entre sus disposiciones, establece criterios estrictos para garantizar la seguridad en los eventos, así como la presencia obligatoria de veterinarios acreditados para supervisar la salud de los animales participantes.

Además, la normativa prevé la creación de un registro de animales y condiciones adecuadas para su cuidado.

Establece, igualmente, que las municipalidades serán las principales responsables de la aplicación de la ley, otorgando permisos para los eventos y supervisando el cumplimiento de las normas.

El proyecto también contempla el destino de los ingresos generados por multas y tasas para la creación de clínicas veterinarias municipales y fondos de emergencia para el rescate y tratamiento de animales.

Inspirándose en marcos legales similares de países como Argentina, Uruguay y Brasil, el proyecto reafirma que la regulación no solo preserva las tradiciones, sino que también asegura el respeto por los animales y el entorno.

“Es una muestra de que el respeto por nuestras raíces puede coexistir con la modernidad y la responsabilidad social”, afirma la diputada Vega en su exposición de motivos.

El proyecto subraya, por otro lado, la importancia de mitigar los impactos ambientales mediante una adecuada planificación de los eventos y el uso de instalaciones que cumplan con estándares de sostenibilidad.

Finalmente, establece que la aprobación e implementación de esta disposición legal, encaminará a nuestro país a consolidar un marco legal que equilibre la tradición, la economía y los derechos de los seres vivos.