30 de diciembre de 2024 07:24 AM
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“Se puso colorado”: a 10 años de su irrupción, una letal maleza sigue como un problema difícil de resolver

Se trata de yuyo colorado, que requiere diversas estrategias para tener un control integral

En febrero de 2014 escribí un artículo para LA NACION sobre la problemática que estábamos empezando a atravesar en varios lotes de la zona núcleo con una maleza que nos daba dolores de cabeza en su control.

A más de 10 años de su explosiva aparición, el Amaranthus quitensis (yuyo colorado) resistente a glifosato, o su versión mejorada en cuanto a resistencias, el Amaranthus palmieriformaron parte de una problemática difícil de solucionar entre los técnicos y productores del país, independientemente de las estrategias de control que lleven a cabo.

En esa época Michael Owen, profesor del departamento de Agronomía de la Universidad de Iowa, nos alertaba sobre la potencialidad del peligro que enfrentaríamos en el futuro respecto de esta maleza. Nos decía que se desconocía realmente la forma en que esta especie se diseminó por todo el mapa agrícola norteamericano, y tampoco nos sabía explicar cómo llegó a la Argentina.

Pero sí estaba seguro que todo es consecuencia de la selección que el productor hace a campo con sus prácticas de manejo. Entre las enseñanzas que nos dejaba, nos aportó un dato poco alentador por ese entonces y era que dentro del género Amaranthus, sus diferentes especies pueden hibridar, con lo cual las resistencias a distintos mecanismos de acción pueden cruzarse y así especies que no las tenían las adquieran.

Esto hace respecto a los modos de acción que haya principios activos de herbicidas que pierden totalmente su eficacia de control frente a esta maleza en cinco años. El Amaranthus quitensis fue la primera maleza declarada resistente en la Argentina en 1996, en aquel momento fue a los herbicidas inhibidores de ALS (imidazolinonas, sulfunilureas y triazolopirimidinas). Este problema era de fácil solución con glifosato en ese entonces, pero esa solución sobrevivió un tiempo.

Estrategias

Para establecer estrategias de manejo es necesario conocer la oportunidad de su control químico, ya que durante los primeros estadios de crecimiento la maleza es más vulnerable que cuando el tratamiento se hace con la planta más desarrollada. La rotación de cultivos y de principios activos con diferentes modos de acción ayuda a reducir la problemática en el lote.

Pasaron 10 años de la irrupción de la maleza en la zona núcleo
Pasaron 10 años de la irrupción de la maleza en la zona núcleo

En algunos casos hasta es necesario complementarlos con tratamientos manuales. Si queremos establecer una estrategia de manejo consciente y eficaz en lotes con esta problemática, las acciones deben empezar, como ya sabemos, desde la cosecha.

Ya que Amaranthus quitensis posee una característica letal y es la cantidad de semillas que produce por planta. Y como para su propagación depende de las máquinas cosechadoras es necesario extremar los controles sobre la misma.

La semilla de esta especie es muy pequeña y queda atrapada en cualquier lugar de la máquina, con lo cual sería conveniente no cosechar las “islas” de esta maleza en el lote, o sacarlas de manera manual y después entrar en esos sectores. Luego deberían hacer una limpieza exhaustiva de la cosechadora al salir del lote y en lo posible cosecharlo al final, para no diseminar nuevos lotes.

Con respecto a los controles previos a la implantación del cultivo es necesario recordar que el gran esfuerzo lo tenemos que hacer en ese momento, ya que la producción de semillas por planta difiere mucho entre la primer camada (cohorte) y la segunda. La producción de semillas del primer cohorte puede hasta duplicar a la segunda camada, con lo cual es bueno trabajar muy bien en ese primer control.

Además es ahí donde más herramientas tenemos para bajar la incidencia en el lote, ya que después al tener un crecimiento contemporáneo durante el ciclo de la soja es bastante más complicado controlarla ante la escasez de productos eficaces selectivos del cultivo.

Durante la presente campaña volvimos a tener numerosas consultas sobre “escapes” de colorado en implantaciones de soja, aun en los cuales se habían realizado los tratamientos con herbicidas residuales para evitar su presencia en el lote.

Es que, además de las características intrínsecas de la maleza que dificultan su control, como un periodo prolongado de emergencia en varias camadas, alta tasa de crecimiento y su gran capacidad de generar resistencia, están las características que hacen que los tratamientos químicos puedan lograr la eficacia buscada.

La agricultura presenta siempre ese desafío de tratar de hacer sincronizar las estrategias de manejo que proponemos con lo “que va a hacer” el clima, y en esta campaña no fue la excepción. Nos tocó visitar lotes de soja que posteriormente a la aplicación presiembra o preemergente les llovieron más de 100 milímetros en una semana dejando desprovisto de principio activo el suelo para su acción frente al nacimiento de Amaranthus.

Yuyo colorado. Se aconseja una buena limpieza de cosechadoras para evitar el traslado de semillas
Yuyo colorado. Se aconseja una buena limpieza de cosechadoras para evitar el traslado de semillas

En otros casos para “acelerar” las tareas operativas en el lote aplicaron mezclados los herbicidas residuales y sistémicos sobre coberturas verdes de malezas presiembra, dejando casi inactivo el accionar de los residuales en el lote. En algunos casos también vimos un desfasaje en el encadenamiento de herbicidas residuales en la estrategia de barbecho corto y presiembra (overlapping) donde ya había nacimientos nuevos entre la aplicación de uno y el otro.

No podemos decir a ciencia cierta qué principio activo actúa mejor tanto en presiembra del cultivo como para controlar escapes con el lote ya implantado, porque vemos campaña tras campaña diferentes performances de acuerdo al año climático y la situación de manejo particular que atraviesa cada lote.

Mezclas que contengan tanto Flumioxazin, sulfentrazone, smetalocloro, fomesafen, benazolin, diflufenican o metribuzin logran resultados aceptables cuando las condiciones son de maleza chica, buena disponibilidad hídrica y excelente calidad en la formación de las mezclas y de aplicación.

Hoy contamos con herramientas genéticas que nos están dando una mano enorme frente a esta problemática. La escasez de productos químicos efectivos selectivos una vez nacida la soja abrió la puerta al desarrollo de nuevas variedades por parte algunos semilleros que generaron genotipos resistentes a herbicidas hormonales que nos permiten excelentes controles en postemergencia de soja.

Este abanico de posibilidades en el tratamiento de malezas difíciles ha generado la posibilidad de trabajar con diferentes estrategias la problemática sin concentrar la presión de selección sobre un principio activo único como lo fue con el glifosato y su pérdida de efectividad.

El autor es asesor de productores

Por Juan Pablo Ioele

Fuente: La Nacion

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