4 de diciembre de 2023 08:15 AM
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Uso de fitosanitarios en cultivo de vid en la República Argentina

El objetivo final de un sistema de producción agrícola es la obtención de altos rendimientos y buena calidad, no descuidando la preservación de los recursos naturales. Análisis junto el ingeniero Luis Kulichevsky.

En diciembre comienza la cosecha de uva para mesa y pasa en San Juan y con ello Argentina comienza su vendimia todos los años, primereando en los mercados con racimos para el consumo en fresco.


Otrora gran exportador de uva de mesa, con más de 70 millones de kilos en ventas externas generando unos U$S 130 millones de ingresos anuales de divisas, desde el 2013 a la fecha el sector se complicó por la falta de peso local en las políticas macroeconómicas y de 72 frigoríficos, hoy se cuentan con los dedos de una mano los que siguen exportando.


Pero todo cambia y hay algunas luces de esperanza para retomar el camino correcto y volver al exterior hacia la campaña 24-25. Esta vez cuidando la casa común, la buena calidad y los altos rindes del parral. Esto ampliado a la pasa de uva, mostos concentrados y los excelentes vinos sanjuaninos.


REQUISITOS

Para lograr este objetivo, consultamos al actual director de Sanidad vegetal, animal y alimentos de San Juan, ingeniero Luis Kulichevsky, quien de hace poco más de un año trabaja en los desafíos fitosanitarios y considera que “debemos tener en cuenta que el sistema estará afectado por factores no manejables por el hombre como temperatura, lluvia, horas de frío; y factores manejables por el hombre, como variedades, portainjertos, uso de agroquímicos, fertilizantes, riego, poda, control de malezas. La inocuidad de la producción es un tema fundamental tanto para el mercado interno, como lo producido para exportar”.


Actualmente “la mayoría de los países del mundo integran la Organización Mundial de Comercio (OMC) cuya función principal es ocuparse de las normas que rigen el comercio entre los países”.


Todos los países, “aplican medidas para garantizar la inocuidad de los productos alimenticios destinados al consumo humano y para evitar la propagación de plagas o enfermedades entre los animales y los vegetales”.


Para poder exportar, señala el ingeniero agrónomo, “el productor debe estar inscripto en el Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios. RENSPA por el cual, a través de un código, se asocia al productor con el predio donde se realiza su actividad, permitiendo obtener datos del establecimiento, del productor y de la actividad que realiza”. (Cultivo de vid).


En el aspecto jurídico, “las normas sanitarias y de inocuidad son disposiciones públicas, de cumplimiento obligatorio, susceptibles de inspección y sanción por incumplimiento. En cambio, hay otras normas de adopción voluntaria que establecen pautas de identificación y diferenciación de un producto”, como Global Gap, ISO 9000, BRC, Comercio Justo, entre otras.


3 REQUISITOS

La inspección fitosanitaria “conlleva tres procedimientos: examen de los documentos relacionados con el envío, la verificación de la identidad e integridad del envío y el examen visual para detectar plagas y otros requisitos fitosanitarios”, destaca Kulichevsky.


El uso de estos productos, “difícilmente pueda ser evitado en la actualidad, debido a las exigencias en calidad y productividad que enfrenta la agricultura para ser económicamente viable. Es necesario, entonces, hacer un uso racional y sustentable de ellos, buscando compensar las exigencias del mercado de productos agrícolas con el cuidado del medio ambiente y la salud de trabajadores y consumidores”.


En la Argentina, el registro de plaguicidas para ser usados en el ámbito nacional está regulado por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) 23. Los registros de los diferentes productos requieren análisis de residuos y curvas de degradación para los diferentes cultivos. Hay productos registrados en muchos países y que no tienen registro en Argentina, porque las compañías no invierten en los ensayos mencionados, debido a que para ellas los productos hortícolas y frutícolas suponen solamente una pequeña cuota frente a cultivos como la soja, trigo o maíz”.

LOS NÚMEROS DE LA PASA Y LA UVA

12  mil hectáreas de parrales con variedades de uva para pasa y consumo en fresco son las cultivadas desde hace unos 15 años en San Juan.

50  mil puestos de empleo llegó a generar la producción y exportación de pasa de uva y uva de mesa en la provincia hace una década atrás. 

34,5  millones de kilos de uva fueron remitidos a secaderos y a consumo en fresco en la cosecha 2023 en San Juan según el INV. 

> Principios activos

 

La mosca de la fruta ocasiona daños millonarios en el comercio interior e internacional de los países donde ataca.

“Para cada principio activo está determinada la cantidad máxima -Límite Máximo de Residuos-, admisible de residuos que la ley tolera sobre un producto vegetal, para que el mismo pueda ser comercializado y consumido”, explica el ingeniero Luis Kulichevsky. A su vez, “está íntimamente relacionado con el tiempo transcurrido desde la aplicación a cosecha, denominado tiempo de carencia -TC-, expresado en días”.


Las buenas prácticas suponen “el uso exclusivo de productos registrados en el país, cuando están destinados al mercado nacional, y poseer el doble registro, en el país de origen y en el de destino, cuando el producto va a ser exportado. Los principios activos pueden estar registrados para vid, pero se debe siempre tener en cuenta que lo acepte la empresa del exterior con la cual se comercializa”. 


Por ejemplo, “en la producción de pasas de uva hay principios activos inscriptos para el cultivo de la vid pero no los autorizan clientes del exterior o fijan un límite máximo de residuos muy bajo. Esto también ocurre con bodegas que tienen un listado propio de principios activos autorizados y pueden fijar LMR que ellos consideren debido a sus clientes o por política de la empresa”.


Las principales plagas cuarentenarias en el cultivo de la vid son la Mosca de la fruta o Ceratitis capitata y Lobesia botrana o “polilla de la vid”.


CERATITIS CAPITATA

Se presenta “como la plaga de mayor importancia económica en la citricultura mundial, y bajo determinadas condiciones agroclimáticas como plaga primaria en durazneros, perales y manzanos, fundamentalmente en aquellas variedades de cosecha más tardía”. 


En la vid, “tiene importancia ya que ataca principalmente las uvas con destino a consumo en fresco, aunque puede provocar también daños en otras variedades de uvas. En ausencia de control esta especie puede provocar pérdidas de hasta un 100% de la producción”, señala el funcionario. No obstante, “la importancia económica más significativa de estas especies es su calidad de plagas cuarentenarias, dado principalmente por su gran adaptabilidad a regiones donde las condiciones climáticas son favorables para su establecimiento y desarrollo. Para poder acceder a mercados internacionales son necesarias medidas cuarentenarias muy estrictas tomadas en pre y postcosecha”.


San Juan y Mendoza poseen bioplantas que “producen moscas estériles para liberar y competir con los machos silvestres. Se utiliza como una de las herramientas del control de esta plaga la técnica del insecto estéril y últimamente también se está trabajando en forma complementaria con la liberación de parasitoides”. 

LOS NÚMEROS

1.100  trampas de Lobesia se colocaron esta campaña y se trataron 13 hectáreas de forma aérea con hormonas de confusión sexual y 11.000 de modo terrestre.

2.000  hectáreas de uva de mesa y otros frutales fueron cubiertos con liberación de mosca estéril, para el control de Ceratitis Capitata en el Valle de Tulum.

> Lobesia botrana, y daño silencioso

 

En los ambientes enológicos de Mendoza, coexiste la preocupación por los marcados aspectos negativos que tiene esta plaga sobre sus viñedos.


Se trata de una plaga de importancia cuarentenaria para la República Argentina, que ataca el cultivo de vid, afectando tanto su producción como su calidad.


El ingeniero Luis Kulichevsky explica: “Las larvas de primera generación se alimentan de los botones florales y los agrupa con hilos de seda, formando glomérulos. Las larvas de las siguientes generaciones se alimentan de las bayas, perforándolas e introduciéndose en ellas. Este daño favorece el desarrollo de colonias de hongos como Botrytis, Aspergillus, Penicillium y Rhizopus. Existe la posibilidad de encontrar estados”.


Al igual que la mosca de los frutos, sus combates exigen un contrato y concicencia social fuerte en los productores y el resto de la población. 


“Para el control de Lobesia botrana se realizan controles fitosanitarios que comprenden las actividades de control químico-biológico y cultural para la plaga, que se implementan en las áreas con presencia de la misma”, sostiene el profesional y agrega: “estas medidas son implementadas con el objetivo de lograr la erradicación de la plaga en las áreas con baja presión de la misma y la supresión en las áreas con alta presión, mediante la utilización de técnicas ambientalmente sustentables”.


La técnica principal para el control de la polilla de la vid “es el uso de la técnica de confusión sexual, complementado con el uso de fitosanitarios en el primer y segundo vuelo de esta plaga”.


Y destacó finalmente: “Siempre recordar que antes de utilizar cualquier principio activo, este debe estar permitido por la empresa que lo comercializa, independientemente que cumpla con la exigencia de estar aprobado por Senasa y por el país importador”.



MÁS INFORMACIÓN
Dirección de Sanidad Vegetal, Animal y Alimentos. Av. Nazario Benavídez Oeste 8000, Rivadavia, San Juan.
Teléfono: 0264 426-5224.

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